Cristo Redentor


Esos que no saben que eres Rey, te han puesto una corona de espinas. Esos que no saben que eres Sacerdote, te han puesto un manto de centurión. Esos que no saben que Tú eres Dios han clavado tu cuerpo en la cruz. Y ante Ti sollozo desconsolado porque yo te habría coronado de flores, habría abrigado tu desnudez con mi abrazo, habría extendido tu cuerpo en lo ancho del mundo.

No sé, Señor Mío, si tengo dignidad alguna para mirarte a los ojos sin desvanecerme en la vergüenza. No sé si mi bajeza alcanza a elevar una plegaria pronunciando Tu Nombre bendito. No sé si tengo virtud suficiente como para recibirte en mi casa. Tan solo sé que te amo porque Tú eres mi flor en el Cielo y yo, tu humilde raíz en las profundidades de la tierra.